Freak Show

La salida de hoy, aparte de ser un poquito más larga, fue bien interesante.

Nuevamente, el clima totalmente favorable. Decidimos probar con una ruta con algo de bajada también. Finalmente, fueron 805 m en ascenso vertical y 825 m en descenso.



Y no hubo mayor problema, salvo en el plano visual, ya que en mi caso por instinto preventivo me agarraba la pubis cada vez que tenía que abrir demasiado la zancada, además de los respectivos gestos faciales acompañantes (parecido al pana de la foto de la entrada con fecha 2 de julio http://utmb2010.blogspot.com/2008/07/sidelined.html). Not a sight for sore eyes.

Lo bueno de salir temprano es que te topas con muy poca gente en el camino, lo cual con mi nuevo tic y estilacho fue positivo.

Todo de maravilla hasta que en la vía nos conseguimos una cartera con su contenido esparcido, nada de valor para el chorito que se la había tumbado o encontrado, pero sí para quien alguna vez fuera su dueño. Nos llevamos la cédula y la entregamos en el puesto de guardaparques.

Ya varias veces me han comentado que esa (entre Loma Serrano y PGP Chacaíto) es una de las zonas donde hay más robos, sobretodo porque es de fácil acceso.


Agarramos rumbo Papelón por la vía del refugio Los Naranjitos. Hay una foto que he querido tomar desde hace tiempo. En esa ruta y en ese sentido, se puede apreciar como una especie de ilusión óptica ya que en cierto punto, si el día está despejado, se ven los tres picos más prominentes alineados y casi uniformes. Desde ningún otro punto de El Ávila he podido tener una imagen semejante. Lamentablemente, estaba demasiado nublado para la foto. Habrá que volver.

Le comencé a prestar mayor atención al barómetro. Sigo sin entender muy profundamente su uso. Lo único que más o menos sé es que si la presión está alta, el aire es más denso y es más difícil que penetre el mal tiempo. Lo opuesto pasa si la presión baja demasiado ya que los fenómenos climatológicos buscan la vía con menor resistencia para hacerse presentes. O sea, caídas bruscas en la presión atmosférica pueden resultar en el uso del impermeable, el cual en mi caso le hace honor a su nombre hasta que se moja.

Seguimos andando a paso constante por esta ruta poco exigente, aunque todavía impedidos de correr, planificamos los entrenamientos futuros y conversamos nuevamente sobre las carreras clasificatorias para UTMB.

Ya de regreso, se nos atravesó la culebra más grande que he visto en El Ávila hasta ahora. Si no es por que Mayde se frenó en seco, emitió un chillido tan alto que era casi inaudible y de vaina me decapita al anteponerme el brazo, ni cuenta me doy. No dio tiempo de la respectiva fotografía.

En resumen, caminamos aproximadamente 20km en unas 4 horas. Sentí más molestias en la ingle de las que me hubiera gustado, pero casi todas fueron en la primera hora de recorrido, aunque nada serio. El dedo de Mayde se hinchó nuevamente y más cuando, después de tomar todas las precauciones durante la caminata, se vino a dar un trancazo sacando la cámara del morral.

Seguimos probando. Entre semana, he vuelto a la piscina y estoy agarrando la bici con un poquito más de cariño. El próximo fin alargaremos un poco más el asunto.