sábado, 5 de diciembre de 2009

T.A.P.E.R. (Tiempo Adecuado Para Empezar a Recapitular)

El taper, por lo general, comprende esas 2 ó 3 semanas en las que un atleta reduce el volumen del entrenamiento para permitir que su cuerpo llegue a la línea de partida en condiciones óptimas. La duración del mismo varía según la disciplina y la distancia o tiempo de la prueba. Permite que se reparen las microrupturas de los tejidos musculares sufridas en las repeticiones, cuestas u otros grandes esfuerzos. El cuerpo comienza a almacenar glucógeno y superar la leve pero crónica deshidratación derivada de un fuerte entrenamiento. También permite eliminar o disminuir un poco los rastros de lesiones que pudieran haber surgido durante la preparación.
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Hay quienes creen fielmente en él como aquellos que consideran que no les hace falta. En todo caso, me uno al primer grupo. Siempre he pensado que es mejor llegar descansado y fuerte a una carrera, aunque levemente desentrenado, que pasado de kilómetros y cansado o, peor todavía, lesionado.
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A pesar de lo corto de mi plan de entrenamiento para el Maratón de Caracas y lo accidentado que ha sido el camino (dengue, afección pulmonar versión 2.0, gripe, etc.), decidí que iba a hacer un buen taper con la finalidad de llegar a la salida sintiéndome descansado y fuerte, aunque inevitablemente falto de kilómetros.
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Hubo más que un par de días en los que me pasó por la mente no participar. En los que me dije que si no iba a lograr bajar las 4 horas no tenía sentido correr, que si no iba bien preparado me estaba privando de tener una primera incursión positiva en esta distancia y que si no gozaba de buena salud posiblemente me estaría haciendo más daño.
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Después, opté por mantener un poco la perspectiva y evalué mis objetivos al preparar y correr la maratón:
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1) Reducir el volumen del entrenamiento de los ultramaratones y descansar un poco de la montaña (que bastante la vamos a visitar a partir de enero 2010).
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2) Eliminar las molestias y los rastros de lesiones que sentía por el alto volumen que había mantenido durante gran parte del año y finales del año pasado.
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3) Aprender a correr un poquito más rápido al obligarme a hacer repeticiones, series e intervalos a ritmos exigentes e incómodos. Mejorar la forma y la cadencia.
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4) Participar en mi primer maratón oficial y apoyar el evento local.
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En este sentido, casi todo lo anterior ha sido logrado. Estoy libre de lesiones y molestias por sobrecarga, extraño la montaña como nunca y me siento levemente más cómodo en la incomodidad de los trabajos de velocidad (cosa que pudiera significar que tengo que apretar un poco más). Ahora sólo queda el cuarto punto y ése se cubrirá el 13 de diciembre.
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Opté por tres semanas de taper en las que Mayde y yo hemos bajado el volumen pero mantenido la intensidad. Nuestro taper ha sido así, basándonos en el Plan First:
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Semana 3:
Domingo - 21km en la ruta del maratón (km 17 hasta 38).
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Ese día salimos más o menos del kilómetro 17 ó 18 de la ruta, ya en Las Mercedes; pasamos Chuao y subimos por El Cafetal. Definitivamente, esa subida afecta el ritmo de carrera. En esos 3,5 km de leve ascenso perdimos más o menos unos 15 a 25 segundos por kilómetro. Sin embargo, en los 3,5 km de bajada en sentido opuesto los recuperamos, más una ñapa. Hay que tener cuidado en la bajada, no obstante, porque el día de la carrera todavía nos faltarían unos 14k desde el final de ese descenso hasta la meta y no hay que volverse locos como si fuera la montaña. Corrimos juntos hasta pasar por Chuao nuevamente pero ya de regreso. Me sentía bien y opté por correr los últimos 4 ó 5 km a paso de maratón y dejar a Mayde atrás. Monté un paso fuerte para mí y, casi sorprendentemente, pude mantenerlo. Lo que me extrañó, que a estas alturas obviamente no debería, fue que Mayde llegó instantes después. ¡Qué iluso pensar que le iba a sacar gran distancia! Seguro no me remató para no triturar más mi golpeada autoestima deportiva pos-dengue.
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Semana 2:
Sábado: 16km en la ruta del maratón (km 1 hasta 14 + km 41 y 42).
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Tempranito dejamos el carro en el estacionamiento norte del Parque del Este y salimos a hacer esta última sesión de fin de semana. Para no inventar el día de carrera, decidí llevar encima todo lo que pensaba ingerir durante la carrera. Ya con los ultras estoy acostumbrado a comer bastante y a llevar varias cosas encima, así que esta carrera no será la excepción. Me llevaré la camarita (para tener alguna excusa para descansar), tres Powergel (1 por hora), las gomitas Cliff (1 ó 2 a los 0:30 de cada hora) y algunas pastillas de sal.
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Los primeros 4,5 km son espantosos visualmente, pero en bajadita, hasta el mercado de Petare. En otra ocasión pasé por ahí en bici y describí ese sitio. El área del cruce hacia la principal de La Urbina no dejó de impactarme nuevamente. Basura, cloacas, caos vehicular, gente agresiva, vías deterioradas. Qué triste. No importó lo temprano que saliéramos a correr; ya antes de las 7 a.m. era eso un desastre. Seguimos avanzando: La Urbina, Rómulo Gallegos, Dos Caminos, Francisco de Miranda, Chacaíto. Luego de pasar el km 14 de la carrera, más o menos donde comienza la bajada hacia El Rosal, decidimos desviarnos y correr hacia lo que serían aproximadamente los últimos 2 km de la carrera. Si hoy, con pocos kilómetros encima, sentí la subidita hacia el Centro Lido, no me quiero imaginar cómo será el día de la prueba. El único consuelo es que faltará poquito para terminar. Tuvimos la suerte de que sólo nos agarraron 3 semaforos en todo el recorrido y seguro pasamos más de 30. En esos últimos dos km visualizamos la llegada y apretamos un poco el paso. Plaza Altamira, listo.
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Semana 1 (la próxima): El martes haremos unas repeticiones, el jueves correremos unos 5k al paso teórico de maratón y el domingo, bueno, lo que salga y a ganar experiencias.
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Han sido más de 3.500 kilómetros de entrenamiento este año, gran parte de ellos en la montaña, durante unas 450 horas. Con esto cerramos otro ciclo más antes de enfocarnos totalmente en la gran meta, aquella que titula este blog. Creo, a pocos días de participar en nuestros primeros 42 km, que logramos los modestos objetivos que nos trazamos inicialmente al decidir correr un maratón. Ahora sólo queda lo más fácil o, mejor dicho, lo más natural: Salir a correrlos, disfrutar y sufrir en la ruta y recapitular durante el recorrido lo que ha sido para nosotros, en lo deportivo, el año 2009.
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¡Nos vemos en la vía!
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Félix

2 comentarios:

Gunther Stuart dijo...

Hermanazo, le estas poniendo un mundo, suerte para ti y mayde en el 42k decembrino, ando tocado desde el caracas rock y me retoque en el nike, espero para el 2010, empezar con todos los hierros, saludos y feliz navidad

Félix dijo...

Gracias Gunther. Qué te recuperes pronto.

Por nuestra parte, retomamos los entrenamientos de montaña a mediados de enero.

Saludos.