viernes, 7 de noviembre de 2008

Blue Moon Half Marathon

Antes de terminar de hablar sobre el Ecomotion, voy a echar este cuento para no perder el "impulso".

Luego de un retraso de 7 horas en el aeropuerto (por suerte nos conseguimos al pana Pedro Vallejo y compartimos buena parte de la espera), terminamos llegando a casa de mi hermana en Miami a las 4am. Como a las 12pm de ese mismo día partimos hacia Clearwater, Florida para turistear un rato, visitar algún parque temático y correr una carrerita de 21km. Este fin de semana, se llenará el pueblo de personas con bajas pulsaciones ya que ahí se celebrará el mundial de triatlón 1/2 Ironman.


Después de unos 500km de carretera, llegamos a la American Running Company, una pequeña tienda, pero con nombre grandísono, que organizaba la competencia. Da gusto manejar allá, aunque la vía fue un poco monótona, el viaje fue de lo más tranquilo. Habíamos optado por alquilar el carro más pequeño y económico, pero como la compañía de alquiler no tenía disponibilidad a la hora de la madrugada que llegamos, nos dieron una minivan que de "mini" no tenía nada.


Nos inscribimos, disfrutamos de la cena de la pasta y fuimos directo para el hotel a jugar con el Garmin 405 Forerunner que me había comprado. Me venció el sueño antes de que pudiera descifrar cualquiera de sus funciones. Más adelante, cuando finalmente sepa manejar esa vaina, haré alguna entrada tipo "review" del relojito, juguete, GPS, compañero de entramiento, gurú electrónico, etc.

Al día siguiente, salimos hacia el sitio de la carrera sin percatarnos del Daylight's Savings Time, es decir, la época del año en que adelantan los relojes una hora para disfrutar mejor de la luz del día. Así que terminamos llegando al lugar antes que los mismos organizadores, aproximadamente unas 2 horas previas a la salida. Ahí finalmente pudimos disfrutar de la minivan en toda su extensión. Luego de un buen sueñito, salimos a calentar un poco.


Sin tener una expectativa clara en cuanto a tiempo de carrera, decidí dejarme llevar por las pulsaciones. Tal vez estar entre 3 y 5 minutos del tiempo que hice en mi último medio a inicios de mayo era una meta realista. Le advertí a Mayde que hiciera su propia carrera, sin andar pendiente del ritmo que yo montara porque yo no sabía qué esperar.

El clima bastante nublado, pero fresco. Partimos e inmediatamente sentí que las pulsaciones se dispararon, pero el ritmo era cómodo. Opté por mantenerme ahí, a ese paso y con esas sensaciones, hasta la milla 7 (11,2 km) y de ahí tratar de apretar un poco. Sabía que no había hecho todo el fondo que quería y que había perdido condiciones con todo el viejo cuento de las lesiones. Además, los kilitos de más tampoco ayudan.

Con el plan entonces finalmente pautado durante la primera milla, seguí disfrutando la carrera. Como a la milla 2,5 siento a Mayde a mi lado. Como la última vez que corrimos un medio maratón le saqué 8 minutos, pensé que iba muy rápido. Me callé y me dije que la dejara hacer su propia carrera. Seguimos juntos hasta la milla 7 donde, como tenía previsto, aceleré un poco. Faltaban 10k y tendría que montar un paso brutal para alcancar mi récord personal.

Me junté con un señor algo mayor, Chuck, y nos marcamos mutuamente el paso. Conversamos alguito y nos ayudamos un poco. Me dijo que ibamos bien y que, por el rostro de los que ya habían agarrado el retorno, ibamos a pasar a mucha gente en los últimos kilómetros.

Llegamos al retorno de las 10 millas; sólo faltaba un 5k y listo. Chuck apretó y se me fue. Unos 30 segundos después ví a Mayde rumbo al retorno; se veía bien fresca y animada. Sabía que iba a aplastar su récord personal.

De la milla 11 a la 12, bajé levemente el paso. Saqué cuentas y supe que no le llegaría a mi mejor tiempo. Casi al final de esta milla, luego de pasar nuevamente al amigo Chuck, Mayde se aparece con un ritmo fenomenal. Corremos juntos, con ese silencio entendido. Como por telepatía, le decía "Viste. Estas son las benditas repeticiones a ritmo de 21k que hacemos todos los santos jueves, y gracias a las series de los martes es que puedes acelerar así". Luego me comentó que en algún momento de la carrera pensó algo parecido.

Llegamos a la milla 12 y ella opta por hidratarse. Yo seguí y apreté alguito pensando que no la vería más. La milla 13 fue una de las más rápidas que hice en toda la carrera. Sin embargo, al llegar al embudo veo que Mayde viene a no más de 30 mts. Debe de haber corrido esa milla más o menos a su paso de 10k. Decidí bajar un poco el ritmo y cruzamos juntos la meta. "Feliz primer aniversario" fue lo único que se me ocurrió decir. Hace exactamente un año la carrera era otra. Tener todo listo para nuestro matrimonio civil, y prepararnos para la boda eclesiástica tan sólo dos días después.

Yo había hecho dos minutos más que en mayo, lo cual considero que no está tan mal, y quedé en mi acostumbrado lugar a mitad de la categoría. Ella, por su parte, había bajado casi 6 minutos con respecto a su mejor tiempo y quedó 4ta de 22 chicas en su categoría.

Salvo por algunos escasos momentos de lucidez, el resto de las vacaciones fueron dedicadas a la tortura de recorrer los malls.

Muchos amigos también adictos a las endorfinas me dicen, con una levemente detectable pero totalmente sana envidia, que es una nota que mi pareja también haga deporte. Otros, los más cercanos, se mueren de la risa con los cuentos de los entrenamientos y las carreras en las que, si no me está pisando los talones, me logra pasar.

Y no niego que es lo mejor. Vivimos una vida relativamente saludable, con metas e intereses afines. Su salud física y resistencia se hacen presentes en muchísimos aspectos de lo cotidiano, algunos de los que no hace falta comentar. Hacemos un gran equipo. Sin duda alguna: soy un peruano afortunado.

Sin embargo, esa misma fortaleza le permite llevar la actividad de las compras a un extremo maratónico e inconcebible, un verdadero reto a la resistencia. Menos mal que había una que otra parada en tiendas deportivas y logré comprar uno que otro juguete que estaré estrenando en la montaña este fin de semana.

La próxima meta interina será el Maratón de Montaña Hebraica, el cual no es un maratón como tal (son 24km), pero los corredores hacen tiempos muy parecidos a los de un 42k de calle. El plan, por los momentos, será tratar de agarrar montaña tanto sábado como domingo y cubrir partes del trazado de la carrera.

Félix

1 comentario:

Jesus Hulett dijo...

excelente mi pana, por lo que veo las lesiones quedaron atras.