lunes, 22 de diciembre de 2008

Maratón en el Cortafuego y Tribilín

Es muy probable que la fisioterapia esté entre los mejores amigos del corredor. Definitivamente, la prevención, el buen entrenamiento y la debida alimentación se llevan los tres puestos del podio, pero para los desesperados que queremos hacer mucho en poco tiempo y, aparte, presentamos deficiencias biomecánicas al correr, existe una solución, siempre que no se haya llegado a un extremo que ya no tenga remedio.

He pensado decirle a mis clientes que elaboren mis cheques de una vez a nombre de MetaSports. Es más, ya los mismos terapistas, entrenadores y hasta el staff de recepción, limpieza y administrativo dice que si abrieran el centro durante los días festivos, no se extrañarían de verme en la puerta, ansioso para mi entrenamiento o terapia.

Esta semana comencé con la dolorosa recuperación de los tibiales. Apenas van dos sesiones y ya se sienten las mejoras y el alivio. Como muchas cosas, iniciar es lo peor. La primera sesión me tuvo retorciéndome en la camilla y, en una ocasión, a punto de arrebatarle la mano al fisio por llegar casi al tope de mi umbral de dolor. Pero, sin duda alguna, el ataque es directo y sin desperdicio. Se libera el tibial desde la base del tobillo hasta justo debajo de la rodilla, luego se arremete contra los puntos de presión y nudos. Además, se masajean las pantorrillas, que quedan bien engarrotadas por efecto de la rigidéz tibial. La segunda sesión fue dura, pero algo más tolerable.

Así llegué al fin de semana. "Listo" para correr mis primeros 42km en entrenamiento.

(El Ávila visto desde El Parque del Este. Foto tomada por alguien del foro de Caracasrunners.org hace ya un tiempo.)

La distancia exacta del Cortafuego es una especie de enigma para los corredores caraqueños. Hay quienes te dicen que mide 5km en cada sentido (10 km en total) y hay quienes aseveran que tiene entre 5,5km a 6km (11 a 12 km). Yo, en cuanto a distancia, le creo al Garmin, y éste indica entre 4,65 km y 4,8 km (9,3-9,6 km), dependiendo de cómo se agarren las curvas.


La meta entonces era hacer 4,5 Cortafuegos, ida y vuelta. La logística fue maratónica también. Calculamos, con los desniveles y el paso conservador (pues al día siguiente tocaba otra pela), unas cinco horas. Llenamos el bolso Nathan con dos litros de agua y dos botellitas del FuelBelt con Gatorade. Teníamos también los dos termos Nathan de mano con Gatorade. Sabíamos que el agua no escasearía allá arriba porque siempre hay donde cargar. La estrategia de nutrición e hidratación era la siguiente:

- Cada 10 minutos, agua, salvo en los minutos 00:10 y 00:40 de cada hora (Gatorade).
- Cada 00:30 de cada hora, una gomita de electrolítos (Cliffbloks).
- Cada 00:30 de cada hora, una pastilla de sal (Endurolytes).
- Cada hora, sólidos (barras Special K, Pretzels o gels).

La noche anterior nos habíamos enterado de los posibles cambios al régimen de divisas y comenzamos a pensar en qué tan negativamente nos afectaría con respecto a los viajes que teníamos previstos en 2009 y nuestra ida a Australia, cuando se diere. No hemos concretado, pero echándo números, es posible que nos salga menos oneroso, en cuanto al uso del cupo Cadivi, ir a Europa a finales de febrero que viajar a EE.UU. ahora a finales de enero. Al fin de cuentas el total en bolívares sería más o menos el mismo, pero en el segundo viaje gastaríamos menos cupo de divisas. El temido Cadivaso que había mencionado en una de las publicaciones iniciales del blog ya es un hecho.


Con nuevas posibilidades, arrancamos cuesta arriba rumbo al Cortafuego. El ritmo fue más duro de lo normal; tan sólo pensar en visitar a la familia y finalmente conocer Europa, nos llenó de ánimos. Nuevamente, el cliché de que al mal tiempo buena cara es válido. Comenzamos a correr y, apenas al kilómetro 12, Mayde se sentía cansada. Tenía mucho peso encima y no del físico, precisamente. Había sido una semana fuerte, con más bajos que altos, pero ahí estabamos y todavía faltaban unos 30km por recorrer.

Al pasar los kilómetros y bajo el pleno efecto de las endorfinas, se recuperó y montó un paso fenomenal. A los 33km, casi como recordatorio de que habíamos superado el volumen del sábado pasado, el que comenzó a flaquear fuí yo. Me vino un dolor debajo de las costillas un poco más serio que las normales molestias que a uno suelen darle ahí. Bajé el ritmo aún más, y después de un rato la molestia pasó a ser intermitente. Alcanzamos el kilómetro 38 ó 39, es decir, los cuatro cortafuegos, y todavía faltaban unos tres o cuatro kilómetros más. Mayde salió como alma que la lleva el diablo, desesperada por terminar la jornada. Se me alejaba cada vez más. Me agarré del hecho de que caía la noche y el lugar estaba solo para decirle que no se alejara mucho. Ella, que me conoce bien, sabía que ya el paso era muy duro para mí (¡los amigos cercanos y los de entrenamiento que lean esto saben que no es cuento!). Yo me preguntaba: "¿Cómo puede estar a punto de tirar la toalla apenas a los 12km y ahora, casi 30km después, montar un paso bestial?". Así terminamos los primeros 42km en entrenamiento; habíamos comenzado casi al mediodía y ahora se avecinaba la noche. Corrimos 43,83 km con un desnivel positivo, según el Garmin, de 5.579 metros. Por más que quisiera creer que hice el equivalente de la mitad del desnivel positivo de UTMB en sólo cuarenta y piquito kilómetros, dudo que en la realidad hayamos cubierto ni siquiera la mitad del desnivel positivo que indica el reloj.


Al acostarme esa noche, pensé en lo duro que iba a ser el día siguiente. Tan pronto me desperté a la mañana siguiente, titubié al pararme. No quería saber el estado de las piernas. Las ganas de orinar me vencieron y salí disparado al baño. Todo estaba bien, mucho mejor de lo imaginado. Así que...vámonos a correr otra vez.


Este sería nuestro fin de semana "Goofy" como el personaje animado de Disney. Todos los eneros desde 2006, en ese complejo de fantasía ubicado sobre pantanos y planicies, se corre la Media Maratón de Disney el sábado y, para los locos, está la opción de correr nuevamente el domingo pero la distancia completa. El reto de hacer ambas carreras se denomina el "Goofy Challenge". Este año sabemos que lo hará al menos un venezolano, Carlos Jiménez http://www.kilometro32.blogspot.com/ .

Así que con la aparente torpeza y pesadéz en las piernas de aquel personaje antropomórfico mejor conocido en nuestro idioma como Tribilín, salimos a correr 21km el domingo y culminar nuestro Goofy Challenge personal, pero a la inversa y sobre tierrita. Por cuestiones de tiempo y logística, optamos por entrenar en el Parque del Este. Nunca lo hacemos ahí durante el fin de semana para no quemar la ruta que usamos entre semana. Fue más duro mental que físicamente y pudimos llevar un paso notablemente mejor que el del día anterior.


(Sentados/agachados de izq. a derecha: Rómulo, Valentina, Luisa, Edwin. De pie de izq. a derecha: Carlos, Pirata, Jennifer, Mayde y yo).

En la noche nos comimos todas las hallacas posibles y planificamos con panas nuestra tradicional acampada de fin de año. Esta es nuestra semana de descanso y, aunque largo pudiera escribir sobre los efectos del primer ciclo de entrenamiento, prefiero resumirlo al decir que nos sentimos fuertes y optimistas con respecto a la preparación que toca para el próximo ciclo y ya la competición, cualquiera de las dos que decidamos hacer, va tomando rostro y no se nos presenta tan inconcebible e inalcanzable como hace tan solo 4 semanas.
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Semana 5 (Descanso/Recuperación):
Lunes: Descanso absoluto
Martes: Descanso ó 5k suaves
Miércoles: 10k a gusto
Jueves: Descanso (navidad)
Viernes: Montaña (ascenso)
Sábado: Montaña (poco actividad)
Domingo: Montaña (descenso)

Félix

1 comentario:

Jesus Hulett dijo...

mi pana!, estan listos... hacer 45 km en el CF no es una pelusa, con todo y que no le creas al garmin que se echa sus pelones.. tampoco es que el desnivel positivo es "0". 6000 y pico es mucho, pero fueron mas de 4 CF... debe estar por el orden de los 4000 pienso yo...Coño, animense, vamos a las Canarias, sera una experiencia excepcional e inolvidable ... y despues a turistear a Barcelona que es tremenda ciudad mi pana, vamos, ¿donde esta ese espiritu aventurero?, ya decidan de una vez nojodas!